frenillo lingual corto o anquiloglosia
El frenillo lingual es un pliegue mucoso vertical que nos encontramos insertado debajo de la lengua, que une la lengua al suelo de la boca, permitiéndole un amplio rango de movimientos.
Sin embargo, cuando en etapas embrionarias no se separan bien los músculos de la lengua, este pliegue queda más corto de lo normal provocando que la lengua se mantenga anclada al suelo de la boca, impidiendo algunos movimientos que permiten al bebé realizar la transferencia de leche: protrusión, elevación, peristaltismo, acanalamiento y lateralización. Todos ellos, necesarios para que el bebé pueda alimentarse de forma eficaz y placentera tanto al pecho como con biberón, entre otras alteración cuando son más mayores.

Según las Dra. Elizabeth Coryllos y Catherine Watson Genna podemos clasificar la anquiloglosia en cuatro tipos y entender mejor su posición
- Tipo 1: se inserta en la punta de la lengua y cuando la eleva se queda forma de corazón
- Tipo 2: unos milímetros por detrás del tipo 1, no se ve una lengua bífida pero cuando llora se ve que la punta de la lengua desciende hacia abajo.
- Tipo 3: es uno de los más difíciles de detectar puesto que la lengua aparentemente parece normal pero es resultado de la combinación de los tipos 2 y 4. Podemos observar el pliegue del frenillo en la cara posterior de la lengua y un anclaje submucoso, por lo que habría que liberar las dos partes.
- Tipo 4: el frenillo no se aprecia a simple vista puesto que está oculto bajo una capa de tejido mucoso y restringe casi totalmente la movilidad de la lengua.

Un frenillo corto perjudica tanto al bebé como a la mamá.
Para la madre:
- Dolor por el mal agarre
- Grietas por la fricción y la presión intraoral negativa que realiza el bebé en el pezon
- Infecciones bacterianas por un mal drenaje de los conductos y las grietas
- Isquemias por la presión del pezon en el paladar
- Mastitis de repetición por el mal drenaje de la glándula y las heridas causadas.
- Poca producción de leche o hipogalactia
- Ingurgitaciones por exceso de producción y falta de drenaje
- Tomas interminables, cansancio, frustración..
- Bebés demandantes y que ganan poco peso lo que provoca desconfianza en ellas mismas
Para los bebés:
- Afecta a la lactancia materna y a la artificial: succión ineficiente, chasquidos….
- Algunos bebés no aumentan de peso como deberían
- Otros aumentan bien de peso pero tienen molestias intestinales, debido a que toman más leche de inicio (rica en lactosa) y es difícil de digerir
- A medida que crecen (si no se trata ese frenillo) encontramos niños con respiración oral, con otitis, bronquitis y/o neumonías de repetición
- Maloclusiones dentales, a medida que crecen puede que sus dientes no salgan como deberían y la forma de sus maxilares no sea la adecuada.
- Trastornos fonéticos, a medida que crecen pueden tener dificultad a la hora de pronunciar algunos fonemas (N/L/R/….)
Señales físicas de que mi hijo tiene anquiloglosia:
- Retrognatia: (mandíbula inferior más corta que la superior) pese a ser algo fisiológico en los bebés (se modifica con su crecimiento), los que tienen anquiloglosia tienden a tener una retrognatia evidente.
- Callo labial o callo de succión: indica que el bebé hace mucha fuerza para agarrarse al pecho y le ocasiona ampollas por el roce.
- Movimientos irregulares de la lengua: cuando el bebé llora podemos observar que la lengua no se mueve de manera simétrica, se alza o se comba de diferentes zonas
- Chasquidos: los bebés con anquiloglosia pueden succionar haciendo ruidos con la lengua, chasquidos, muy característicos que indican que de vez en cuando la lengua no puede mantener el agarre. Esto es algo que ocurre tanto en el pecho como en el biberón.
- Paladar ojival: la lengua, cuando está en reposo, no puede situarse en la posición correcta (arruguitas del paladar) lo que acaba modificando las estructuras orales. El maxilar superior se estrecha formando una V, y el paladar paralelamente se hunde, lo que le confiere un aspecto profundo.

¿Qué debemos hacer si detectamos esto en nuestros hijos?
Lo primero no rendirse y buscar ayuda profesional para que valore que está sucediendo, no sois malas madres, sois lo mejor para vuestros hijos.
Acude a una asesora de lactancia, IBCLC, tu matrona… un profesional de referencia para valorar el agarre, la postura.. si con esto no mejora, acude a un profesional cualificado (cirujano, maxilofacial…) para que evalúe si es necesario una intervención ambulatoria o quirúrgica (dependiendo del tipo) del frenillo, esta operación se denomina frenectomía, y después de realizarla será necesario una pequeña rehabilitación por parte del fisioterapeuta o del logopeda. A veces no es necesario llegar a operar y directamente con rehabilitación mejoran.
¿Qué hace un logopeda en estos casos?
Lo primero, el o la logopeda evalúan al bebé de forma visual o digital para detallar grado de movilidad de la lengua, incluida la capacidad de la misma para extenderse más allá del labio inferior, elevarse hasta el paladar estando la boca bien abierta y efectuar movimientos transversales de una comisura de la boca a la otra sin necesidad de deformarse (lateralización). Después se valora de forma más rigurosa con el protocolo de Hazelbaker o el test de la lengüita.
También podrá ayudar a la familia hasta la espera de la cirugía (en los casos pertinentes), valorará el agarre mamario, la capacidad para hacer la presión negativa, la buena colocación de los labios, fomentará desde el inicio un patrón postural, tanto para la madre como para el bebé, y entrenará la adquisición de un patrón respiratorio adecuado.
Si es tu caso, estamos para ayudarte. Recuerda nuestra primera consulta de logopedia es gratuita